¿Te gustaría vivir en alguna de esas casas? |
La isla grande de Chiloé siempre ha sido descrita como un
conjunto de bellos paisajes, rica cultura y místicas tradiciones. Y es verdad.
Paisajes naturales maravillosos, con una vasta flora y fauna. Casas pequeñas y
pintorescas, algunas incluso se elevan sobre las aguas sujetas por unos troncos
de madera. Gente que aun cree en viejas historias de brujos y criaturas
fantásticas es común en la isla.
Y bueno, todo lo anterior es común en las comunidades
poco desarrolladas. La naturaleza es viva donde nadie la ha hecho mas cómoda,
las viviendas nos resultan “simpáticas” cuando nos cuesta creer que un ser
humano pueda vivir ahí, la gente es supersticiosa cuando nadie les ha explicado
los fenómenos que no entienden.
No obstante, la gente de Chiloé ha salido adelante. A
pesar de las dificultades que tienen al ser una isla aislada del resto del
continente y contar con una infraestructura varias generaciones atrasadas
(aunque por lo que se ve están mejorando aquello) han podido surgir. En parte
por el turismo que tanto defiende la gente de fuera y que tanto requiere que la
isla se mantenga pobre, pero por otro lado está la industria local, que nada
tiene que envidiarle a la de otras localidades. Principalmente es industria
alimentaria lujosa, que se exporta directamente a Europa y Asia. Esta industria
ha llevado a la gente de la isla por el camino del desarrollo, ha impulsado
todos los sectores. Menos uno.
Evidentemente al turista que viene de fuera, sea del
mismo país u otro, no le gusta que su preciado paisaje se vea interrumpido por
una granja de salmones. Claro está que le parecerá “fome” que los chilotes no
sean personas que andan vestidos de harapos de lana y que no le hagan
reverencias por venir “de fuera”. Muy fácil es criticar que se construyan
edificios modernos que “ensucien” el “bello” paisaje de “casas típicas” cuando
uno lo ve por un fin de semana, pero para el que vive ahí puede ser distinto.
A fin de cuentas esto no se trata de defender que en
la isla se haga tal o cual cosa. Esto se trata de Libertad.
El chilote puede querer vivir en un edificio de
departamentos construido en hormigón armado con estilo postmoderno. Puede
querer comprar en un mall como cualquier persona del resto del país, puede
querer gastarse su sueldo en un casino entre tragos y mujerzuelas, puede querer
no ser un camarero que deba alabar al turista, puede querer decidir el lo que
quiere para su ciudad.
¿Quiénes somos nosotros para decirles a ellos como
vivir?
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